LAS EMOCIONES EN LA PUBLICIDAD
Una de las técnicas (o tácticas)
más elementales y fáciles dentro del repertorio del publicista es jugar con las
emociones Muchos son los anuncios que
apelan con descaro a los sentimientos y deseos del público.
Un ejemplo muy claro es el del
cachorro de Scottex que, a la vez que busca despertar los sentimientos
afectivos del destinatario, demuestra la suavidad, longitud y resistencia del
rollo. Con el mismo propósito aparecen en los anuncios imágenes de niños, bebés,
o tiernas escenas maternales. Con ellas, la publicidad pretende pulsar muchas
cuerdas: la nostalgia, la infancia, el amor familiar...
Estas emociones presuponen una descarga de sentimientos positivos. Pero la publicidad también apela a otras reacciones humanas como el escándalo o el miedo.
Normalmente, estas respuestas son usadas con precaución por los publicistas. Por un lado, existen limitaciones legales y, por otro, pueden encontrarse con un resultado perjudicial. Normalmente, la publicidad reproduce los esquemas y valores sociales de forma conservadora. Cuando no lo hace, es fácil que caiga en la provocación. Una de las formas más habituales de provocar es la utilización del sexo. Algunos publicistas opinan que el sexo vende y es un hecho que muchos anuncios contienen sugerencias eróticas más o menos veladas que buscan despertar la atención del receptor.
En cuanto a otros estados de ánimo como el miedo o la compasión, la publicidad, en general, los rehúye; sin embargo, la propaganda los utiliza como una forma efectiva de sacudir conciencias. Campañas duras como las de la prevención de accidentes de tráfico, las campañas contra el hambre, contra la droga, las de protección de los derechos humanos o las de prevención del sida en otros países, buscan con la provocación activar las conciencias. En algunos países, estos tratamientos creativos están prohibidos a las empresas privadas; sin embargo, "atemorizar" está justificado cuando el objeto de la persuasión es un bien social o humanitario.
Estas emociones presuponen una descarga de sentimientos positivos. Pero la publicidad también apela a otras reacciones humanas como el escándalo o el miedo.
Normalmente, estas respuestas son usadas con precaución por los publicistas. Por un lado, existen limitaciones legales y, por otro, pueden encontrarse con un resultado perjudicial. Normalmente, la publicidad reproduce los esquemas y valores sociales de forma conservadora. Cuando no lo hace, es fácil que caiga en la provocación. Una de las formas más habituales de provocar es la utilización del sexo. Algunos publicistas opinan que el sexo vende y es un hecho que muchos anuncios contienen sugerencias eróticas más o menos veladas que buscan despertar la atención del receptor.
En cuanto a otros estados de ánimo como el miedo o la compasión, la publicidad, en general, los rehúye; sin embargo, la propaganda los utiliza como una forma efectiva de sacudir conciencias. Campañas duras como las de la prevención de accidentes de tráfico, las campañas contra el hambre, contra la droga, las de protección de los derechos humanos o las de prevención del sida en otros países, buscan con la provocación activar las conciencias. En algunos países, estos tratamientos creativos están prohibidos a las empresas privadas; sin embargo, "atemorizar" está justificado cuando el objeto de la persuasión es un bien social o humanitario.
La publicidad, los sentimientos y las emociones
¿La publicidad es el reflejo de
la sociedad?
Antes que nada te cuento que hoy
me saldré un poco del tema, y si bien vas a ver que lo uno con la publicidad , en la segunda parte del post verás un trasfondo más emocional,
volviendo al tema.
Creo que no solo es una buena
pregunta, sino que también agregaría ¿si la publicidad va por delante o
por detrás de la sociedad?
Siempre se dice que la publicidad
y el marketing crean necesidades que realmente no tenemos, y de hecho en muchos
casos es así. Se crean estos a partir de plantear al consumidor determinadas
necesidades que cubren todo tipo de aspectos, comodidad, placer, autoestima y
otros tantos.
Pero hay algo que me inquieta
como consumidor y como creativo, esto es si realmente el hecho de que con el
paso del tiempo algunos sectores de la sociedad o incluso algunas regiones se
vuelvan mas “frías y distantes”, con un menor acercamiento al prójimo y un
mayor respeto el cual poco a poco se transforma en distancia, entonces me
pregunto si la publicidad ayuda o al contrario, esta es un reflejo de la
sociedad.
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