domingo, 7 de mayo de 2017

CONFESIONES DE UN PUBLICITARIO ANTE CÓMO SE DIRIGE UNA AGENCIA DE PUBLICIDAD


Dirigir una agencia de publicidad es exactamente igual que gobernar cualquier otra organización de tipo creador.

Para David Ogilvy La publicidad es un negocio de frases, pero las agencias están infestadas de hombres y mujeres que no saben escribir. No pueden redactar anuncios, ni pueden escribir proyectos. Son tan inútiles como lo sería una compañía de sordomudos en el escenario del Covent Garden”. ( El Covent Garden es un fascinante distrito comercial y cultural que brinda a los visitantes una experiencia única).

Para el Dr. Frank Barron: “Las personas creadoras son especialmente observadoras y valoran las experiencias percibidas sin engañarse nunca a sí mismos con más intensidad que otras gentes. Ven las cosas como los demás, pero también las ven como otros no son capaces de verlas. Están dotadas de la mayor capacidad mental. Tienen gran habilidad para retener muchas ideas a la vez y para comparar entre sí gran cantidad de ideas, unas con otras.

la mayoría de hombres responsables hoy en día de la publicidad (tanto negociantes como clientes) son acostumbrados a lo común. Y lo que nuestra sociedad actual necesita es una publicidad original pero es difícil encontrar a la clase de hombres que pueden producirla. Este es el motivo por el cual son tan espantosos o simples la mayor parte de los anuncios.

Cada negocio necesita administraciones masivas de talento.

El proceso de creación requiere algo más que la simple razón. La mayor parte del pensamiento original no tiene expresión verbal. Es un tanteo de experimentación con las ideas, gobernado por presentimientos intuitivos e inspirado por lo desconocido. La mayoría de hombres de negocios son incapaces de desarrollar un pensamiento original, porque no pueden escapar a la tiranía de la razón. Sus imaginaciones están bloqueadas.

En el mundo moderno de los negocios, es inútil ser un creador o un pensador original, a menos que uno pueda también vender lo que su creación forje. No puede esperarse de un director de empresa que reconozca una buena idea, si no se la presenta un buen vendedor.

Finalmente, se a observado que ninguna organización creadora, tanto si se trata de un laboratorio de investigación, una revista, una cocina de París o una agencia de publicidad, podrá producir una gran cantidad de trabajo si no está dirigida por una persona magnífica.

Ogilvy admira a las personas que saben trabajar y para quienes el trabajo es un placer y tienen suerte de poseer un cerebro de primera clase.

« David Ogilvy es el más sorprendente brujo por asi decirlo que la industria americana de la publicidad posee hoy en día»

BIBLIOGRAFÍA:
                                                                                                                                                                  (David Ogilvy, 1965) Confesiones de un publicitario. Vilassar de Mar (Barcelona - España). biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/con_publi.pdf          




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