El padre de la Publicidad
Si hay una figura que destaque sobre todas las demás en el sector de la Publicidad, es la de David Ogilvy. Dedicó su vida a crear una Publicidad efectiva, basada en los hechos y en los resultados, capaz de comunicar al gran público. Fue único en conocer a la audiencia y en entender cómo captar su atención. Por eso se le considera hoy en día el Padre de la Publicidad Moderna.
David Ogilvy nació en Inglaterra en 1911, de padre escocés y madre irlandesa. Estudió en la Universidad de Oxford, pero dejó los estudios y se trasladó a París, donde se puso a trabajar de ayudante de cocina.
El durísimo trabajo en la cocina del Hotel Majestic y la excelencia que se exigía en el restaurante le marcaron para toda la vida. Después de esta experiencia, volvió a Escocia para trabajar como vendedor ambulante de hornos. Se le daba tan bien que le encargaron escribir un manual de ventas. Fue gracias a este manual que le contrataron en la agencia Mather & Crowther, su primer trabajo como publicitario.
“De cada cinco personas que leen el titular, sólo una lee el texto completo. Cuando has escrito el titular has gastado 80 céntimos de cada dólar.”
Esta frase de Ogilvy explica por qué defendía usar siempre el nombre de la marca en el titular (con contadísimas excepciones). No se puede permitir que un ochenta por ciento de las personas que ven el anuncio nunca sepa de qué producto es.
Muchos publicistas defienden que el titular tiene que intrigar, incitar a la lectura del texto completo. Y es cierto que esa es una de sus funciones. Pero incluso el titular más intrigante del mundo no consigue que todo el mundo lea el texto. Por eso hay que aprovechar esos segundos de atención para dejar claro el producto, la marca y su ventaja. Ese es el poder del titular y la imagen.
“Un buen anuncio vende el producto sin llamar la atención sobre sí mismo”
El producto debe ser la estrella del anuncio, no la modelo ni la música. No sirve de nada que la gente recuerde el anuncio, si luego no recuerdan el producto.
“Nunca dejes de hacer pruebas, y tu publicidad nunca dejará de mejorar”
David Ogilvy es conocido por ser de los primeros en afrontar la profesión publicitaria con algo de lógica, métricas y datos. Fue uno de los primeros en utilizar focus groups para probar nuevos productos y campañas publicitarias, y siempre estuvo dispuesto a adaptar su trabajo a los resultados.
“Si no vende, no es creativo”
Esta es una de las lecciones más valiosas de David Ogilvy. Especialmente en los tiempos que corren, cuando los publicitarios están más preocupados por hacer virales y ganar premios que por vender el producto.
“El consumidor no es idiota. El consumidor es su esposa, no insulte a su inteligencia”
Frente a un sector publicitario obsesionado por los jingles y los anuncios sin contenido, Ogilvy siempre defendió la publicidad basada en hechos. Creía firmemente que la mejor forma de vender un producto era informar al consumidor sobre sus ventajas.
Ogilvy estaba convencido de que muchas de sus campañas triunfaban sobre la competencia simplemente porque él aportaba datos. Datos que podían ser ciertos para los dos productos, pero sólo él tenía el acierto de comunicárselos al cliente potencial.
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