MARKETING POLÍTICO
El
marketing político según Butler
y Collins “Se trata de la disciplina orientada a la creación y desarrollo de
conceptos políticos relacionados con unos partidos o candidatos específicos que
logren satisfacer tanto a determinados grupos de electores como para que les
otorguen su voto”.
Esto nace a mediados del siglo XX en
Estados Unidos cuando Stanley Kelley, un
analista político de la época, reconoció
la importancia cada vez mayor que los profesionales del marketing estaban
teniendo a la hora de transmitir las ideas más adecuadas para tener más impacto
en los votantes. El
Marketing Político supone la evolución de las técnicas de conocimiento del
electorado y de las técnicas de comunicación. Al hacerse masivos los públicos electorales, al contarse los electores por
millones y no por cientos o miles, el conocimiento personalizado de cada uno de
ellos, a la manera del viejo candidato, cuenta poco. De la misma manera, la
elocuencia personal e intuitiva, se complementa con formas más eficaces de
comunicación y persuasión. El esquema tradicional del político.
Parecería
inadecuado utilizar la palabra marketing, que supone conceptos como mercado,
producto, venta consumidor, beneficio, etc., a una realidad como la política,
lo
que muchos consideran a los partidos políticos como empresas y a los políticos
como empresarios. Los partidos pueden ser vistos como empresas políticas que
producen bienes políticos (ideologías, servicios políticos, decisiones, etc.).
Los productos políticos de partidos y candidatos constituyen la oferta política
de un país en un determinado momento. A esa oferta se corresponde una demanda
de la sociedad o del cuerpo electoral.
Las
empresas políticas actúan en un mercado político donde intervienen las ofertas
y demandas políticas. Cada empresa política tiene una imagen y una marca
institucional. Socialistas o liberales, conservadores o democristianos.
Para poder
influenciar a los electores y saber con precisión a quiénes y en qué tono el
candidato debe dirigir sus mensajes, es necesario conocerlos bien, saber cómo
piensan y de qué manera toman sus decisiones de voto.
Se puede
decir que el marketing político o marketing electoral insinúa a la manipulación de las percepciones y opiniones
de la gente, mediante recursos sofisticados de comunicación, principalmente a
través de la televisión. Frecuentemente se piensa que estos procedimientos
determinan una influencia decisiva sobre las voluntades de los electores, lo
cual hace suponer que en una democracia el poder lo detenta, en la práctica,
quien mejor puede utilizar los medios de difusión, son los que mayormente se
ven beneficiados y logran captar más los mensajes transmitidos por los
candidatos.
FUENTE: Marketing Político 2.0 (Manuel A - Alonso Coto- Angel Adell)
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