Los
Pregoneros
Los pregoneros, encargados de divulgar con su voz novedades de interés para la comunidad, reciben el nombre de kerux en Grecia, denominándose praecos en la antigua Roma. El pregonero del mundo clásico busca la captación de clientes, pero también la proclamación de informaciones institucionales. En cierto sentido, es el pionero de la publicidad, y también de la propaganda. Por lo demás, es una figura que se mantiene vigente hasta el siglo XX, sobre todo en áreas rurales.
En la Edad Media los pregoneros cumplían una labor informativa al servicio del rey o del noble y, en ocasiones, también de particulares. Pero hay otras tres figuras que están directamente ligadas al comercio: los mercaderes, que si no utilizaban los servicios del pregonero, animaban al público personalmente proclamando las cualidades de sus productos; el charlatán, un intermediario entre el artesano y los compradores; y los buhoneros, que muchas veces también pregonaban sobre sus artículos.
Continuaron existiendo hasta que en nuestros días la generalización de los bandos impresos y el desarrollo de la prensa les han hecho casi inútiles.
Con todo, en los Ayuntamientos, especialmente en los rurales o de poblaciones pequeñas, se conserva este empleado para dar a conocer aquellos acuerdos de carácter general y urgente que interesan a todo el vecindario, así como para dar difusión a anuncios comerciales de carácter particular y circunstancial, pérdidas de objetos, etc. En algunos lugares se conserva esta figura por tradición, en fiestas y en celebraciones locales.
También existieron pregoneros en lo judicial, teniéndolos las audiencias y alcaldías mayores. Su función era, acompañando al reo, pregonar el delito de éste, en las penas de muerte o previo a los azotes públicos, y para vergüenza de los implicados.
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